MIGRA LA MEMORIA
(a Don Alfonso Calderón)
Un hombre de su tiempo (casi el mío)
les habla en versos por sus nombres
a un Chile y un Santiago que conozco de apellidos.
Despierta las memorias de algo que devino en mí
y que ya me resultara conocido en lo tierno, en lo materno,
de mi corto trecho, iniciando mi periplo.
Casi, casi mi Colegio. Casi, casi mis lugares
pero antiguos, pero azules,
pero matizados brumas, pero hechos de antemano
y de nostalgia.
Casi, casi mis recuerdos,
que alcanzaran a ser míos
aunque son ajenos.
Me remite a muchas cosas que siendo niña logré ver
o de las cuales descubrí las huellas,
mezcladas con historias legendarias
de las que hablan mis mayores todavía.
Hechos, dichos, parajes y personas
que reverberan fuertes ecos en mis sesos
como si estuvieran hoy.
De alguna forma están.
De alguna manera singular
y sin haber podido verlas
con ellas conviví…
Los lares donde ocurren peripecias entrañables
que, aquellos que me aman, comentaban
sentados a la mesa
o en las fiestas
o en las noches
al borde de mis sueños en mi cama.
Porque sé del polvo de las carreteras.
Porque los “miré” correr tras el tranvía.
Porque resiento las arcadas del sabor brutal
de los tónicos de lobo y bacalao.
Porque vislumbré la playa aquella.
Porque admiré hazañas y traté de descubrir
el paradero de sus hijos.
Porque sé de lo justo o lo injusto de sus juicios arreglados.
Porque me hablaron tanto de esas gentes y querencias
que en mi sangre están impresas.
Porque permearon, empaparon tanto mi niñez
que podría jurarle al Supremo Magistrado...
.
-…Sí, lo juro… -Síi- …yo las conocí…-
-…Igual a las que no que a las que ví…-
.
...Me pregunto, enamorada de un “nosotros” prodigioso.
.
¿No será que fantasmas entrañables
nos estarán buscando
para burlar un rato más
su definitiva entrada
a la cruel eternidad?
.
Un hombre describió lo que yo fui sé.
Lo que fui yo y estaba antes…
…antes, justo antes, de tener el ser.